13.2.09



La vida es una obra propia, una construcción donde cada uno es el arquitecto y la gente que lo rodea, los obreros que te ayudan a construirla. Cada construcción tiene sus tropiezos y equivocaciones, (ya sea por culpa de uno de los obreros o por errores propios de cada arquitecto) que se deshacen y se vuelven a hacer; y lleva tiempo recomponer un error... Cada construcción tiene su cuota de sudor, lágrimas, esfuerzo, ganas, penas y trabajo, tiene sus errores, sus contra, sus altibajos pero cada parte de eso vale la pena. Y lo vale. Lo vale porque te hacen disfrutar al máximo el resultado final y a ese resultado, sería imposible llegar sin la ayuda de toda esa gente que día tras día te acompaña y aporta en la construcción de tu vida, y cada vida lo vale porque están ellos y ellos lo valen.